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¿Qué sigue ahora? Prepararme para la batalla


(Conclusión – Nivel 3)

¿Qué sigue ahora? Prepararme para la batalla (Conclusión – Nivel 3)

Cuando Martha cerró su Biblia y puso junto al libro el pequeño cuaderno de anotaciones en donde había seguido paso a paso el Curso de Guerra Espiritual, se preguntó: Y ahora, ¿qué paso sigue? ¿Qué debo hacer?

Esos interrogantes que le asaltan a ella son los mismos que asiste a sinnúmero de personas en todo el mundo, comprometidas en la tarea de librar las batallas contra el mundo espiritual de maldad.

Es una labor de nuestro ejercicio ministerial que no podemos eludir. Si nos quedamos quietos, quien ganará terreno es nuestro adversario. Nuestra meta final, entonces, debe ser recuperar el terreno donde ha venido gobernando el enemigo, y someterlo para que Jesucristo tome el señorío que le corresponde.

Una forma eficaz, por tanto, es prepararnos para la guerra. Lo hacemos en la medida en que dependemos de Dios y nos movemos asidos de la mano de Jesús, nuestro amado Salvador.

Una casa limpia en la vida del guerrero

Un guerrero espiritual mantiene su vida limpia. Es fundamental. Puede que otrora anduviéramos en pecados y disipación, pero al recibir la Salvación de Jesucristo y convertirnos en sus instrumentos como guerreros espirituales, debemos conservar la limpieza total.

El Señor Jesús ilustró esta verdad con una parábola muy específica: “Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa, de donde salí.” Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. Luego va y trae otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial.” (Lucas 11:24-26, Nueva Versión Internacional)

Es esencial e imperativo que quien ha sido libre, sea lleno de Dios. Usted y yo, como guerreros espirituales, debemos conservar la pureza en nuestra forma de pensar y de actuar.

Recuerde que Satanás es muy hábil y a través de pensamientos y tentaciones procurará recobrar el terreno perdido.

El autor Derek Prince, reconocido como una autoridad en el tema de liberación espiritual, escribió:
“… puede estar seguro de que Satanás no desistirá en su intento de dañarle. Hará todo lo que esté a su alcance para reafirmar su control sobre usted. Debe estar preparado para su contraataque. Por lo anterior debe asegurarse completamente de que Jesús mora en usted y de que es el Señor absoluto en su vida.” (Prince, Derek. “Echarán fuera demonios”. Editorial Desafío, 2001. pg. 210)
Una decisión fundamental que debemos asumir, se orienta a abrir nuestro corazón al obrar de Dios y que nos cubramos de la armadura espiritual que describe el apóstol Pablo en su carta a los creyentes de Éfeso:

“Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia, y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.” (Efesios 6:10-17, Nueva Versión Internacional)

El apóstol Pablo, que pienso fue quien escribió el libro de los Hebreos, enfatiza en que sólo con la armadura podremos apagar los dardos del maligno.

En otras palabras, ser conscientes que él –nuestro adversario espiritual — seguirá atacándonos. Él anda en procura nuestra para llevarnos a un estado espiritual de estancamiento o revés; es algo de lo que debemos ser muy conscientes.

Manténgase alerta

Como guerreros espirituales debemos permanecer alerta. La tarea esencial es que usted y yo resistamos abiertamente los ataques del enemigo espiritual.

No podemos esperar que él arremeta en contra nuestra para salir a la defensiva. Por el contrario, nuestra posición debe ser ofensiva , como recomienda el apóstol Santiago: “Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.” (Santiago 4:7, Nueva Versión Internacional)

Reviste particular importancia enfatizar en tres fundamentos que encontramos en esta Palabra y que aplican en nuestra condición de guerreros espirituales:
  1. Someternos a Dios
  2. Resistir al diablo
  3. El diablo, si andamos de la mano de Dios y le resistimos, huirá de nosotros.
Como solados de Jesucristo, tenemos asegurada la victoria.

Una vez haya libertad espiritual en nuestras vidas, debemos caminar siempre tomados de la mano del Salvador. No desprendernos por ningún motivo, y si viniera la tentación, procurar Su fortaleza en oración.

Decirle cómo nos sentimos y de qué manera, es en Él en quien encontramos la capacidad para vencer.

La intimidad con Dios es fundamental. Es una decisión que debemos asumir desde hoy. Puedo asegurarle que veremos la gloria del Señor acompañándonos en todo momento, porque Él guarda a sus soldados.

Le animamos a seguir estudiando las Escrituras, vivenciar cada día lo que aprende y tener siempre la firme certeza de que tenemos asegurada la victoria.

Publicado en: Guerra Espiritual


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