Resiliencia para enfrentar momentos difíciles de la vida

1.- Lectura Bíblica:  Filipenses 3:13-15.

2.- Versículo para memorizar:

"Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (Filipenses 3: 13, 14| RV 60)

3.- Reflexión en la palabra de Dios:

De acuerdo con la psicología, resiliencia es la capacidad que tiene una persona para superar las circunstancias traumáticas.

La pandemia mundial cambió nuestra forma de vida. Pero no se puede negar que, también en algunos casos, nos enseñó a valorar las pequeñas cosas.

Un ejemplo claro fue comenzar a preocuparnos por nuestra familia. Aumentaron las llamadas telefónicas a todos los miembros: padres, hermanos, hijos.  Las preguntas recurrentes eran sobre cómo se encontraban de salud y aún, en situaciones de manutención. Los contactos fueron constantes.

El covid-19 llevó todas las personas a buscar más de Dios. A depender de Él cuando todos llegamos a una comprensión de que la ciencia no tenía todas las respuestas.

El neurólogo vienés, Víktor Frankl, aprendió sobre la resiliencia cuando sobrevivió entre 1942 y 1945 a varios campos de concentración nazis, en condiciones extremas.

El empresario alemán, Oskar Schindler, también aprendió sobre la resiliencia. Salvó de la muerte a 1.200 judíos, pero, para hacerlo, perdió toda la fortuna que amasó haciendo negocios con militares de Hitler. Nuca se arrepintió de su decisión. Debió comenzar de las ruinas, de cero. Pese a ello, mantuvo su firmeza de carácter y visión de ayudar.

Todos hemos aprendido de los momentos difíciles. Probablemente nos tocará comenzar desde las cenizas. Nuestras potencialidades, aquellas con las que Dios nos concibió, nos permitirán salir adelante.

La escritora colombiana. Ángela Becerra, quien vivió el confinamiento en España, hizo una alentadora apreciación:

“Aprendimos a tomar conciencia de lo pequeño e ínfimo de la vida. Ese “casi nada” donde se encuentra todo. Lo que tengo claro es que, una vez superemos esta situación, viviré a plenitud el día a día. Cambiaría el preocuparme en exceso buscando el perfeccionismo. Aprovechar el momento. Y, por supuesto, la reflexión en solitario.”

El apóstol Pablo escribió un texto que aplica a la resiliencia. Lo encontramos en la carta que dirigió a los cristianos de Filipos:

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.” (Filipenses 3:13-15| RV 60)

Como cristianos estamos llamados a asumir la resiliencia, comenzar de nuevo en la relación familiar y con las personas con las que interactuamos diariamente.

Con ayuda podemos hacerlo. No estamos solos en el proceso. De la mano del Señor Jesucristo es posible que imprimamos cambios en nuestra forma de pensar y de actuar.

Decídase hoy a emprender el proceso de transformación que tanto necesita. Y, si no ha recibido a Jesucristo como Señor y Salvador, hoy es el día para que emprenda el viaje maravilloso hacia el cambio y crecimiento personal, espiritual y familiar.

4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:

a.-¿He permitido que las circunstancias adversas me impidan avanzar en mis sueños y proyectos?

b.- ¿Tengo identificados los factores que me impiden crecer en los niveles personal, espiritual y familiar.

c.- ¿Dependo de Dios para experimentar crecimiento en todas las áreas de mi vida?

Desde hoy me fijo la meta de aplicar pautas de resiliencia en mi vida, con ayuda de Dios.