Revise su actitud hacia las bendiciones de Dios
1.- Lecturas Bíblicas: Génesis 39:1-3; Mateo 6:33; Hageo 2:8, 9; Filipenses 4:11, 12, 19;
2.- Una ruta bíblica a las bendiciones:
¿Ha pensado alguna vez que si Dios desea bendecirlo, todo cuanto usted emprenda y el lugar en donde se encuentre, reciben abundantes bendiciones? La tierra es bendecida, el trabajo prospera y se abren puertas. ¡Usted está llamado a ser fuente de bendición allí donde se encuentra!
Tal vez esté mirando el texto un poco desconcertado. ¿Podría ser así?, se pregunta. Y le respondo categóricamente que sí. Voy a ponerle un ejemplo: la vida de José. Donde quiera que él estaba, las bendiciones del Señor iban con él.
En las Escrituras leemos: “Cuando los mercaderes ismaelitas llevaron a José a Egipto, lo vendieron a Potifar, un oficial egipcio. Potifar era capitán de la guardia del faraón, rey de Egipto. El Señor estaba con José, por eso tenía éxito en todo mientras servía en la casa de su amo egipcio. Potifar lo notó y se dio cuenta de que el Señor estaba con José, y le daba éxito en todo lo que hacía.” (Génesis 39:1-3. NTV)
Tenga presente que las bendiciones de Dios no se limitan por las circunstancias que le rodean. Usted puede tener todo en contra, pero si el propósito eterno de Dios es bendecirlo, nada podrá detenerlo. Basta que sea obediente al Padre celestial y disponga su corazón para ser bendecido y bendecir a otros. Ese era el secreto de José.
Ahora, ¿cuál es el problema? No son las bendiciones sino nuestra actitud hacia las bendiciones. Al respecto nuestro amado Señor Jesús enseñó: "Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.” (Mateo 6:33. NTV)
Si usted y yo nos enfocamos en Aquél que todo lo puede, y le concedemos el primer lugar, las bendiciones sencillamente nos alcanzarán. Será algo inevitable. Es una ley ineludible del Reino de Dios. Él ha dicho que la plata y el oro le pertenecen (Cp. Hageo 2:8, 9). No obstante, nuestra meta no son las riquezas sino caminar en fidelidad al Señor. Lo demás viene como “añadidura".
Valore cada bendición que el Señor le brinda. El centro de todo está en la actitud que hay en nuestro corazón.
Recuerde la palabras del apóstol Pablo: “No es que haya pasado necesidad alguna vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco...Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.” (Filipenses 4:11, 12, 19. NTV)
Es evidente que hay tiempos en los que todo cuanto acontece nos despierta gozo, pero hay otros en los que surgen al paso múltiples dificultades. Si nuestra perspectiva sobre lo que acontece comienza a ser la misma que tiene Dios, entenderemos que en medio de la adversidad Dios nos bendice y galardona nuestra fidelidad a Él.
Defina como una meta diaria, el valorar y agradecer a Dios por todas sus bendiciones. Y si aún no ha recibido en su corazón a Jesucristo, como su Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Ábrale las puertas de su corazón a Cristo. Es una decisión de la que jamás se arrepentirá.
3.- Promesas de bendición para hoy:
- Dios me bendecirá aun cuando las circunstancias a mi alrededor sean adversas.
- Dios me bendecirá aun cuanto todos alrededor digan que no estoy destinado al triunfo.
- Dios me bendecirá enseñándome a aceptar los momentos dificultosos y enseñándome que son oportunidades para crecer.
4.- Preguntas para reflexionar y crecer:
a.- ¿Cuál es mi actitud cuando no veo las bendiciones a mi alrededor?
b.- ¿Alguna vez he dudado que el propósito de Dios sea bendecirme y no solo a mí sino también a mi familia?
c.- ¿Qué enseña a mi vida lo ocurrido con la vida de José (Génesis 39:1-3)?
d.- ¿Soy consciente que Dios me llamó a ser bendecido y a bendecir?
e.- Las circunstancias adversas que en ocasiones tocan a las puertas de mi vida, ¿impiden las bendiciones de Dios?
f.- ¿Qué enseña el Señor Jesús que debe ser una prioridad en mi vida (Mateo 6:33)?
g.- ¿A quién pertenecen la plata y el oro según lo aprendemos en la Palabra de Dios (Hageo 2: 8, 9)?
h.- ¿Cuál era la actitud del apóstol Pablo en los momentos difíciles (Filipenses 4:11. 12, 19)?
5.- Oración:
"Gracias mi amado Dios por todo lo que diariamente me provees y la forma como también bendices a mi familia. Concédene la capacidad de ser agradecido y valorar tus bendiciones hacia nosotros cada día. Permíteme que mi corazón y mis ojos puedan apreciar claramente las bendiciones, porque hay momentos en los que en medio de la adversidad no somos conscientes de que nos estás bendiciendo. En tus manos entregamos este día. Amén"
Publicado en: Eventos Especiales
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