Sea cuidadoso antes de enojarse y actuar con rabia
1. Lectura Bíblica: Proverbios 17:17
2. Meditación familiar:
Cuando Rosario revisó el diálogo sostenido con su amiga, comprobó que se fue de palabras sin razón de ser. Se salió de casillas. Un malentendido, sin duda. Ahora tenía el compromiso de llamarla y pedirle disculpas, pero le resultaba muy complicado. Debía primero vencer la raíz de orgullo. Difícil pero necesario.
Tal vez usted mismo está viviendo esa situación. Discutió con su esposa o quizá con sus hijos o alguien cercano en su círculo de amistades. ¿Qué piensa hacer? ¿Acaso dejar que pase el tiempo sin resolver esa situación?
Lo más fácil es enojarnos y ofender, y con las palabras hirientes viene el distanciamiento. En ese proceso dañamos a las personas, incluso a las que amamos.
Con las personas que nos afectan positivamente, a las que apreciamos o amamos como son los integrantes de la familia, es necesario volver a reencontrarnos.
Viene a mi mente lo que escribe Richard J. Leider:
“¿Cuántas horas alegres ha desperdiciado usted últimamente? Si usted es capaz de reírse de sí mismo, eso cambia por completo su estado de ánimo. Piense en esto la próxima vez que se vea apremiado por la mañana, desesperado por irse a trabajar. Deténgase y trate de ver el aspecto gracioso de la situación, y de todo aquello que tiene por arreglar con las personas cercanas ese día.” (Richard J. Leider/ David A. Sharipo. “Vuelva a empacar sus maletas”. McGraw Hill. México. 2006. Pg. 17)
Estoy convencido que cada vez que nos empecinamos en discutir— lo que en muchos casos ocurre con frecuencia a nivel familiar — , cerramos toda puerta al entendimiento y la paz interior se desmorona, aun cuando sea un poquito.
¿Qué nos dice el libro de los triunfadores que es la Biblia? “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.” (Proverbios 17:17)
Las personas que amamos— nuestra familia— y aquellas por quienes profesamos aprecio— nuestras amistades— son valiosas en nuestra vida. Hoy es el día para restablecer las conexiones. Pedir perdón si les hemos ofendido o arrojar al fondo del mar los recursos del daño que tal vez nos causaron.
Si se trata de su pareja o sus hijos, perdónelos. Hoy es el día para hacerlo. Recupere una partecita valiosa que le llevará a esa paz interior que Dios desea que experimente.
Y hablando de Dios, ¿ya recibió a Jesucristo como su Señor y Salvador? Hoy es el día para que lo haga. Emprenderá tomado de Su mano, ese maravilloso camino hacia el crecimiento personal y espiritual. Puedo asegurarle que no se arrepentirá…
3. Oración familiar:
“Dios de los cielos, reconocemos delante de tu Presencia que como seres humanos cometemos errores. Unos deliberados y otros, sin proponérnoslo, pero las consecuencias son iguales: dañamos a quienes amamos. Te pedimos la sabiduría necesaria para imprimir cambios a nuestro comportamiento, y además, para dejar de lado el orgullo que nos impide pedir perdón. Sometemos este día en tus manos y te damos gracias por ocupar el primer lugar en nuestra familia. Amén”
4. Una Meta familiar para hoy:
Seré cuidadoso, en adelante, antes de enojarme y actuar con rabia hacia mi pareja o mis hijos
Publicado en: Altar Familiar
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