Ser discípulo de Jesús implica andar por el camino angosto
(Lección 3 – Nivel 3)
Si le pregunta a varias personas a su alrededor si son cristianas, de inmediato le responderán que sí. Lo más probable es que el 90% de quienes encueste afirmarán que creen en Jesús el Señor. Hasta allí todo va bien. El asunto se complica si usted les cuestiona: ¿Sigue usted las enseñanzas de Jesucristo? El porcentaje de quienes asienten disminuirá ostensiblemente.
Ser cristiano y en particular, discípulo de Jesús, no es un asunto trivial. Es mucho más que un calificativo. Demanda sujetarnos a las enseñanzas del Señor Jesús y llevarlas a la práctica en nuestra existencia.
Una escena que ilustra este principio la encontramos en el evangelio de Lucas:
“Mientras caminaban, alguien le dijo a Jesús: — Te seguiré a cualquier lugar que vayas. Jesús le respondió: — Los zorros tienen cuevas donde vivir y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene ni siquiera un lugar donde recostar la cabeza. Dijo a otro: — Ven, sígueme. El hombre aceptó, pero le dijo: — Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre. Jesús le dijo: — ¡Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos! Tu deber es ir y predicar acerca del reino de Dios. Otro dijo: — Sí, Señor, te seguiré, pero primero deja que me despida de mi familia. Jesús le dijo: — El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el reino de Dios.” (Lucas 9:57-62. NTV)
Muchos de quienes hoy día desean seguir a Jesús se detienen o vuelven atrás cuando se dan cuenta del precio que deben pagar. Su actitud cambia y lo piensan dos veces.
Renuncia, compromiso, esfuerzo y perseverancia son cuatro elementos que se conjuntan en quienes están decididos a convertirse en discípulos.
El autor cristiano, Dennis Bennet, analiza el asunto de la siguiente manera: “El camino cristiano no es difícil en sí mismo sino que se torna difícil por los ataques del enemigo que quiere sacarnos del camino. Las dificultades no provienen de Dios sino de los desafíos de del mundo, de la carne y del demonio. Si nos mantenemos en el camino angosto, y no nos asustamos de los ataques, ni prestamos oído a las mentiras del enemigo, no tendremos dificultad alguna en aplicar la victoria de Jesús en cada situación, y avanzar hacia delante triunfantes y gozosos suceda lo que suceda. Dios no nos quiere derrotados.” (Dennis Bennet. El Espíritu Santo y tu”. Editorial Vida. 1985. EE.UU. Pg. 200)
Imagine un guerrero. Alguien que milita en un ejército y está preparado las 24 horas para enfrentar al enemigo. Esa es la mejor figura que podemos traer a colación cuando nos referimos a un discípulo de Cristo.
Alguien que anhela ser discípulo debe tener claro que en su proceso de seguir las huellas del Señor Jesús encontrará oposición no solo de quienes le rodean sino del enemigo espiritual. Y el reto es permanecer en Cristo por encima de todas las circunstancias, haciendo frente a los ataques.
Escoger la senda estrecha y permanecer en el camino
El hecho de que ser cristiano no sea fácil no significa que nos demos por vencidos fácilmente. Por el contrario, debemos decidirnos a seguir adelante, prendidos de Su mano, sabiendo que la perseverancia es la que nos asegura la victoria.
Todo se fundamenta en una decisión: Escoger la senda estrecha. Puedo asegurarle que es la que millares de personas desechan. Prefieren vivir a Cristo a su manera. La religiosidad les parece más cómoda que asumir la dinámica de ser discípulos.
La ruta a seguir la enseñó nuestro amado Salvador: “Solo puedes entrar en el reino de Dios a través de la puerta angosta. La carretera al infierno es amplia y la puerta es ancha para los muchos que escogen ese camino. Sin embargo, la puerta de acceso a la vida es muy angosta y el camino es difícil, y son solo unos pocos los que alguna vez lo encuentran.” (Mateo 7:13, 14. NTV)
Vivir sin Dios ni ley aun cuando se tenga el rótulo de “cristiano” es muy fácil. Sin duda usted conoce a quienes van a una iglesia pero distan mucho de ser fieles a los mandatos del Señor. Son cristianos nominales pero no cristianos que puedan identificarse como discípulos del Maestro.
¿Es difícil? Sí, en la medida en que deseemos una vida de creyentes comprometidos. Si por el contrario conocemos los mandamientos y preceptos divinos pero nos mostramos indiferentes o desconocemos su aplicabilidad y obligatoriedad, será muy fácil.
Supongamos que nos decidimos por el camino angosto. Poderos salir victoriosos en cada paso. En el proceso no estamos solos. Dios mismo nos ayuda, como enseñó nuestro Maestro: “Así que no se preocupe, pequeño rebaño. Pues al Padre le da mucha felicidad entregarles el reino.” (Lucas 12:32. NTV)
Si optamos a conciencia asumir el andar cristiano y más en nuestra condición de discípulos, es decir seguir las huellas del Maestro y ser como Él, llegar a un nuevo nivel, no estaremos solos. Nuestro amado Dios nos acompañará en cada nuevo paso. ¡Él nos asegura la victoria!
Tome las decisiones correctas para cada situación
Asumir el camino angosto como nuestra forma de vida nos lleva a tomar las decisiones correctas en cada situación. En la Palabra de Dios aprendemos cómo hacerlo.
Dennis Bennet, aconseja en torno a la decisión de seguir la puerta estrecha y crecer cada día: “La vida cristiana debe estar conformada por la acción recíproca entre la experiencia y la verdad. Por lo tanto, utilicemos parte de nuestro tiempo leyendo la Palabra y esperando que el Espíritu Santo nos hable desde sus páginas.” (Dennis Bennet. El Espíritu Santo y tu”. Editorial Vida. 1985. EE.UU. Pg. 200)
La Palabra nos muestra la ruta. Indica los pasos a seguir. Muestran por dónde caminar. Es una guía segura. Usted y yo, como discípulos de Jesús, tenemos la capacidad de escoger el camino a seguir.
Por supuesto el asunto se complica porque nuestro enemigo espiritual querrá sacarnos del camino, y para lograr su propósito acude a muchas estratagemas. Si estamos prendidos de la mano del Señor Jesús, Él nos fortalecerá para vencer las tentaciones y nos alertará cuando haya asomos de peligro.
¿Recuerda usted cuando el enemigo tentó a Jesús? En la Palabra leemos que: “Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que allí lo tentara el diablo. Durante cuarenta días y cuarenta noches ayunó y después tuvo mucha hambre.
En ese tiempo, el diablo se le acercó y le dijo: — Si eres el Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en pan. Jesús le dijo: — ¡No! Las Escrituras dicen: “La gente no vive solo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios”.
Después el diablo lo llevó a la santa ciudad, Jerusalén, al punto más alto del templo, y dijo: — Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate! Pues las Escrituras dicen: “Él ordenará a sus ángeles que te protejan. Y te sostendrán con sus manos para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra”. Jesús le respondió: — Las Escrituras también dicen: “No pondrás a prueba al Señor tu Dios”. Luego el diablo lo llevó a la cima de una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria que hay en ellos. — Te daré todo esto — dijo— si te arrodillas y me adoras. — Vete de aquí, Satanás — le dijo Jesús— , porque las Escrituras dicen: “Adora al Señor tu Dios y sírvele únicamente a él”. Entonces el diablo se fue, y llegaron ángeles a cuidar a Jesús.” (Mateo 4:1-11. NTV).
Cuando se hizo hombre, Jesús nuestro Dios experimentó en carne propia lo que es la tentación, se sobrepuso a la situación y salió victorioso.
Si atravesamos por una situación similar, el Maestro cuyas huellas seguimos cada día, nos mostrará el camino a seguir para salir airosos (Cp. Proverbios 22:3)
En cada instante de la vida usted deberá tomar decisiones. Pues bien, la idea es que en adelante como discípulo de Jesús tome esas decisiones a partir de lo que agrada a Dios, como lo aprendemos en la Palabra. Es a lo que se refiere Dennis Bennet cuando escribe: “Leamos las Escrituras. La Biblia debe ser nuestro libro principal. ¿Cuánto tiempo tomamos diariamente para leer los periódicos? ¿Cuánto tiempo invertimos en hojear el último número de una revista de moda o de actualidad? ¿Cómo podríamos decir que resulta en comparación con el tiempo que tomamos para leer las Escrituras?” (Dennis Bennet. El Espíritu Santo y tu”. Editorial Vida. 1985. EE.UU. Pg. 200)
Nuestra meta como discípulos es dar pasos firmes, sólidos y permanentes en la senda estrecha con el fin de presentarnos— en el presente y al final de nuestra existencia— como obreros aprobados (Cp. 2 Timoteo 2:15).
Jamás olvide que usted es quien toma la decisión. No será Dios quien la tome por usted. Y sólo podrá caminar por la el camino estrecho en la medida en que siga los pasos de Jesús…
Tareas para la semana:
Las tareas que ocuparán esta semana mi proceso de crecimiento en el Discipulado Nivel III son:
a.- Leeré de nuevo la totalidad de la Lección para evaluar cuál ha sido hasta hoy mi andar con Cristo y si de verdad estoy transitando por la senda estrecha.
b.- Evaluaré si estoy caminando por la senda estrecha de manera permanente y comprometida, asumiendo en mi vida las enseñanzas del Señor Jesús que aprendemos en las Escrituras.
c.- Dedicaré más tiempo a la oración para fortalecerme en la meta de ser fiel a Jesús el Señor caminando diariamente conforme a Su voluntad.
Versículos para memorizar durante la semana:
“Solo puedes entrar en el reino de Dios a través de la puerta angosta. La carretera al infierno es amplia y la puerta es ancha para los muchos que escogen ese camino. Sin embargo, la puerta de acceso a la vida es muy angosta y el camino es difícil, y son solo unos pocos los que alguna vez lo encuentran.” (Mateo 7:13, 14. NTV)
Publicado en: Escuela de Discipulado
Copia el siguente texto a tu muro de Facebook:
https://www.mensajerodelapalabra.com/site/index.php/ser-discipulo-de-jesus-implica-andar-por-el-camino-angosto-leccion-3-nivel-3/
Temas Relacionados:
Lecciones semanales para realizar reuniones de Grupos Familiares.