Siete consecuencias maravillosas de la obra liberadora de Jesucristo
Nadie recordaba ni cómo ni cuándo ocurrió, pero un día se sorprendieron al escuchar sus gritos y no salían de su estupor cuando le veían lanzando improperios a todos los habitantes de la ciudad.
— Parece que enloqueció… — murmuraban unos.
— Vive en otra realidad, en otro mundo, espantado por seres que no existen — , comentaban otros.
— Siento dolor por el pobre hombre; no tiene reposo ni en el día ni en la noche — , relataba una comadrona de la ciudad.
De las calles pasó a los sepulcros. Allí hizo su morada.
Nadie podía detenerlo, y el día que quisieron impedir que se hiciera daño y les causara heridas a otros, dañó los grillos y las cadenas como un niño que rompe papel para entretenerse.
— Es un problema para todos— coincidían en asegurar los ancianos al referirse al hombre. No soportaba que anduviese dando voces en los montes, en los sepulcros y lo desgarrador que resultaba verlo causándose heridas con piedras.
Su dramática historia marcó un antes y un después entre quienes han estado atado por demonios, adicciones y hábitos que destruyen su vida y la de quienes les rodean.
El relato lo encontrará en el evangelio de Marcos, capítulo 5. También a partir de la lectura del texto descubrirá siete principios transformadores y liberadores para su vida y de aquellos a quienes ama.
1.- La Presencia de Jesús rompe toda atadura
Gadara se conmovió en lo más profundo cuando llegó Jesús. Unos hablaban de él con curiosidad, otros con extrañeza. Pero el endemoniado recibió la visita como una amenaza.
“Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.” (Marcos 5:7)
Una respuesta agresiva. ¿La razón? El Maestro le ordenaba al espíritu inmundo que lo dejara libre. Pero las tinieblas no querían dejarlo libre.
Jesús preguntó su nombre y respondió sin mayores rodeos: “Legión”. Legión en la época era el cuerpo principal del ejército de la antigua Roma, compuesto de infantería y caballería. La integraban al menos mil hombres, preparados para la guerra.
Mirándolo en perspectiva y en la distancia, no podemos menos que decir: ¡Pobre hombre! Estaba poseído por infinidad de demonios que le hacían la vida imposible.
2.- Los demonios quieren conservar su territorio
Muchas regiones están bajo el influjo de potestades demoniacas. Quieren conservar el territorio. Sienten que les pertenece. El pecado de sus moradores, les concede el derecho legal para habitar allí.
El pasaje bíblico señala que “…le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. “ (Marcos 5:10)
Esta lectura del Evangelio debe llevarnos a reflexionar en la necesidad de tomar territorios para Cristo. Es posible cuando hay hombres y mujeres decididos a arrebatar los espacios en los que gobiernan las tinieblas. La oración, la proclamación profética y con autoridad, así como la proclamación del Evangelio, son tres formas de desplazar a los demonios de los lugares donde hoy se encuentran aposentados.
3.- El destino de los demonios: la destrucción
Las tinieblas están vencidas. Cristo nos asegura la victoria. Cuando damos las batallas en Su Nombre y en Su Autoridad, los demonios llegan a su destino final: la destrucción.
“Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron. ” (Marcos 5:13)
La autoridad del cristiano desplaza a los demonios de los lugares que hoy habitan. Antes de evangelizar o desarrollar alguna actividad cristiana, lo fundamental es tomar esos territorios con el poder que Cristo nos ha dado, y del cual debemos apropiarnos siempre.
4.- Dios utiliza las señales para ganar almas
Cuando se producen señales, milagros y prodigios, no son para glorificar al predicador o al evangelista, sino para exaltar a Cristo.
Es una realidad que no podemos perder de nuestro horizonte. Cristo debe ser quien reine en todo lo que hagamos.
La liberación del endemoniado llevó a que Cristo fuera puesto en alto: “Y los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido.” (Marcos 5:14)
Claro que Dios quiere manifestarse con poder cuando predicamos o desarrollamos un ministerio; lo lamentable es que hoy día se promociona el expositor bíblico y no al Dios de poder que produce las maravillas, liberaciones y milagros.
5.- Cuando Cristo gobierna, liberta y transforma nuestras vidas
Ninguna persona que le abre las puertas de su corazón a Cristo será jamás la misma.
El otrora endemoniado, fue liberado y, de paso, transformado de tal manera que parecía irreconocible:
“Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo. Y les contaron los que lo habían visto, cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los cerdos. Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos.” (Marcos 5.15-17)
No hay adicción, atadura espiritual o emocional o hábito auto destructivo que no se rompa cuando le permitimos a Cristo Jesús que obre en nuestras vidas.
Quizá usted es adicto a algo o a alguien, o ha intentado suicidarse o procura la muerte. Podemos asegurarle que toda cadena se romperá y los muros caerán, si reconoce que no es en sus fuerzas sino en el poder de Jesús como podrá ser libre. Decídase hoy por Cristo en su vida y en su corazón.
6.- No podemos callar la obra que Cristo hizo en nosotros
Si usted ha experimentado la libertad en Cristo, no guarde silencio. Proclámelo. Comparta con otras personas esa enorme bendición. Usted es un embajador de Cristo allí donde se encuentra. No necesita ir a otras naciones. Su familia es el primer objetivo, y por supuesto, el primer ministerio.
“Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.” (Marcos 5:18, 19)
Es cierto, el otrora endemoniado hubiese sido muy útil con el escuadrón élite que estaba con Jesús. Sin embargo, el Maestro lo necesitaba allí en su ciudad, ganando almas para el Reino entre sus familiares, amigos y conocidos.
Usted debe desarrollar una tarea importante para Jesús allí donde se encuentra Usted es la voz y el cuerpo del Salvador en medio de la sociedad, y no puede ni eludir ni rehuir ese valioso y maravilloso compromiso.
7.- No hay límites para predicar a Cristo
Lo más maravilloso es que el otrora endemoniado, se dedicara a predicar en diez ciudades que conformaban Decápoliso, una enorme región que escuchó el mensaje.
No podían creerlo. Lo veían y no salían de su asombro. Y al preguntar, descubrían que había sido Cristo el autor de semejante obra de transformación y liberación.
Dice la Palabra: “Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.” (Marcos 5:20)
La palabra fue extendida entre millares de personas. Hombres, mujeres y jóvenes terminaron por conocer de Jesús, el Maestro.
Toda persona es valiosa para Dios
No hay persona a la que Dios deseche. Su amor es infinito y brinda una nueva oportunidad para que, libres de ataduras, comiencen una nueva vida.
Desconozco cuál sea su situación, pero sí puedo decirle algo: Usted puede ser libre de las ataduras y comenzar una existencia renovada hoy, si tan solo le abre las puertas de su corazón a Jesucristo. Él hace posible la obra. Basta que se disponga para Él… Hoy es el día de tomar la decisión y permitirle que entre a su vida.
Publicado en: Guerra Espiritual
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