Siete recomendaciones al leer la Biblia

Las Escrituras nos ayudan en el proceso de crecimiento personal y espiritual, eso lo tenemos claro. Pero también debemos tener claro que, al acercarnos a los textos, es fundamental que indaguemos, y en ese proceso, descubramos la enseñanza que tiene para nosotros.

Hay dos preguntas que le sugiero formularse cuando usted va a la Biblia:

1.- ¿Qué dice el texto?

2.- ¿Qué significa lo que dice este texto a mi vida?

Esos dos cuestionamientos nos ayudan a aterrizar, porque desconocerlos o desestimarlos lleva a infinidad de personas a interpretar pasajes escriturales a su acomodo, pretendiendo que diga lo que no estaba en el pensamiento original de su autor.

Mi sugerencia es que renuncie a todo juicio preconcebido. Y debe hacerlo porque, si no lo hace, terminará usted “interpretando” desde su propia óptica y eso resultará más perjudicial que beneficioso.

Tenga en cuenta los tiempos en que se escribieron los pasajes que usted lee. Tome nota así mismo de si fueron escogidos dentro del canon, término griego que significa caña de medir o regla y aplica a los libros bíblicos que se consideran inspirados por Dios y no mera enseñanza. El término lo acuñó Atanasio de Alejandría en el año 300 d.C.

En textos como Gálatas 6:16; Filipenses 3:16 y 2 Corintios 10:13-17 se puede encontrar la palabra canon.

No podría pasar a otro aspecto sin antes recordarle que fue Esdras quien definió el canon de los libros del Antiguo Testamento, en el año 400 a.C., dividiéndolos en tres categorías:

a.- La Ley de Moisés

b.- Los Profetas

c.- Los Salmos

Por su parte el canon de los 27 libros del Nuevo Testamento se definió en el Concilio de Cartago, en el año 397 d.C.

Reglas para escudriñar las Escrituras

Como sin duda usted está interesado en escudriñar y sacar de las Escrituras la mayor enseñanza posible, le invitamos a considerar siempre que se acerque al texto sagrado las siguientes reglas básicas:

1.- Busque la dirección del Espíritu Santo (Salmos 19:18; Josué 5:14; Juan 2:5)

2.- No espere comprender todo el significado en la primera lectura (Isaías 28:10; Deuteronomio 29:29; Proverbios 2:1-5; 1 Corintios 13.12)

3.- Verifique si el texto es literal o acude a figuras literarias

4.- Compare los pasajes bíblicos paralelos

5.- Sea fiel a la idea original del texto bíblico (2 Timoteo 3:15-17; Juan 30:30, 31)

6.- Tenga en cuenta el contexto del pasaje bíblico que estudia

7.- Reconozca la Biblia como la revelación de Dios

Tenga siempre presente que la Biblia se explica así misma, así es que persevere en este ejercicio (Hebreos 1:1, 2; 2:3, 4; 1 Pedro 1:10-12; 2 Pedro 1;19-21; Juan 10:34-36)

Puedo asegurarle que conforme aplique estas pautas sencillas y prácticas, encontrará mucho mayor provecho al leer la Biblia. Además, su grado de profundización en las enseñanzas será cada vez mayor.

¡Ánimo, ha dado el mejor paso de su vida!