Siete recomendaciones para vencer las tormentas conyugales

1.- Lectura Bíblica: Proverbios 18:15; Santiago 1:2-4.

2.- Meditación familiar:

Quien diga que no ha enfrentado crisis en su vida matrimonia, está mintiendo. No conozco la primera relación conyugal donde no haya habido dificultades. El otro asunto, bien distinto pero ligado estrechamente a los conflictos, es la actitud que asumimos frente a las tormentas que tocan a las puertas de nuestro hogar.

Podemos tomar la decisión de dejarnos arrastrar por el orgullo y hablar de divorcio. Otra opción es dejar pasar el asunto de largo, con lo cual lo más probable es que los conflictos se agudicen. Una tercera forma de enfrentar la situación, es admitir que hemos fallado o, al menos, evaluar en dónde estuvo el error; una vez damos este paso, disponernos a perdonar al cónyuge y avanzar hacia nuevas metas.

Conviene con frecuencia hacer un alto en el camino y evaluar en dónde hay errores, para corregirlos con ayuda de Dios.

Los tropiezos en la vida conyugal nos pueden ayudar a crecer. El rey Salomón escribió: “El corazón del entendido adquiere sabiduría; y el oído de los sabios busca la ciencia”. (Proverbios 18:15) Si incurrimos de nuevo en los mismos yerros, es porque somos insensatos y no hemos dispuesto el corazón para aplicar correctivos.

Las crisis no deben llevarnos a renunciar, y menos si se trata del matrimonio. Es en esas pruebas cuando podemos aprender algo nuevo y crecer en nuestra vida de pareja.

El apóstol Santiago escribió: "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”. (Santiago 1:2-4)

No hay problema conyugal que no podamos resolver si involucramos a Dios en la búsqueda de soluciones.

Hay siete consejos que le ayudarán a resolver las tormentas en el matrimonio:

1.- Reconozca que no solo su cónyuge falla, usted también comete errores.

2.- Ponga de presente las cosas positivas y no dimensione las actitudes negativas de su pareja.

3.- Pídale a Dios que le permita encontrar soluciones acordes con la situación crítica que están atravesando como pareja.

4.- Haga un cuidadoso análisis del conflicto. Descubrirá que quizá usted lo agigantó como consecuencia del orgullo.

5.- Disponga su corazón— con ayuda de Dios— para pedir perdón si reconoce que ha fallado.

6.- Fíjese la meta de no incurrir en los mismos errores.

7.- Involucre a Dios en su vida familiar.

Puedo asegurarle que todos los problemas se resuelven si los dimensionamos en su justa proporción y le permitimos al Señor que nos ayude a encontrar puntos de coincidencia y de entendimiento con nuestro cónyuge.

Muchas veces los problemas están en nuestra mente y no en la realidad. Tornamos en gigantes pequeños incidentes que se podrían solucionar con el diálogo. ¡Dios debe gobernar entre usted y su cónyuge! Puedo asegurarle que todo será diferente.

Si aún no ha recibido a Jesús como su Señor y Salvador, es hora de hacerlo. Ábrale las puertas de su corazón. No se arrepentirá. Él trae cambio y crecimiento en su vida personal, espiritual y familiar. Decídase hoy por Jesucristo.

3.- Oración familiar:

“Mi amado Dios y Padre de los cielos, gracias por este día que nos regalas. Gracias por la provisión diaria, gracias a la cual tenemos el sustento. Gracias por el empleo, por el estudio y todo cuanto le permite a nuestra familia experimentar crecimiento. Te pedimos que nos acompañes en los momentos en los que surjan dificultades y nos concedas la sabiduría necesaria para encontrar soluciones a los problemas. En tus manos entregamos la jornada de hoy. Amén”

4.- Una Meta familiar para hoy:

Con ayuda de Dios procuraré el entendimiento y resolver los problemas que pudieran surgir en nuestra familia.