Sufre persecución por su fe cristiana
"Hace un año y dos meses acepté al Señor Jesucristo como mi único y suficiente Salvador personal. Ha sido extraordinario porque todos alrededor reconocen cambios en mis actitudes. Pero a la vez que ha habido situaciones positivas, también se levantan muchas tormentas: me critican, señalan con sorna en cualquier error que cometo, e incluso mi esposa me dijo hace pocos días: “¿No dizque eres cristiano? ¿Por qué actúas así, entonces?”. Cuando he avanzado dos pasos me enfrento a situaciones que me hacen retroceder uno, y reconozco que en tales circunstancias el avance no es muy significativo. He llegado a pensar que no vale la pena seguir adelante."
J.M.C., desde Guanacaste, en Costa Rica.
Respuesta:
Ser cristiano es ir en contravía de lo establecido. No podemos esperar que los demás nos acepten como si nada.
En cierta ocasión el Señor Jesús advirtió a sus discípulos: “Mirad, la hora viene, y ya ha llegado, en que seréis esparcidos, cada uno por su lado, y me dejaréis solo, y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis tribulación, pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:12, 13. La Biblia de Las Américas).
Satanás, nuestro adversario, ha marcado unas pautas de vida que millares de personas siguen al pie de la letra sin preguntar siquiera por qué razón. Es apenas previsible, entonces, que se levanten vientos de oposición.
En el primer siglo de nuestra era, los cristianos se encontraban en una situación difícil. “En aquél día –después de la muerte del apóstol Esteban— se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles” (Hechos 8:1).
Los perseguidos se vieron enfrentados a dos situaciones, que al principio pensaron era para su mal, pero luego comprobaron que eran positivas.
La primera, por donde quiera que iban ellos aprovechaban la oportunidad para compartir el evangelio de Jesucristo, y la segunda, se fortalecían interiormente.
Ahora, en el texto de Juan 16:33 el Señor Jesucristo nos anunció que en circunstancias duras, si clamábamos a Él— como está implícito en el texto— nos traería paz.
Fortaleza en el Señor
Es natural que cuando surgen situaciones inesperadas, experimentamos la tentación de volver atrás. Sin embargo, deténgase. Usted puede recibir el aliento para seguir adelante por encima de cualquier dificultad si vuelve la mirada a Dios.
En la Biblia leemos: “Dios es mi fortaleza poderosa, y el que pone al íntegro en su camino. Él hace mis pies como de siervas, y me afirma en mis alturas. El adiestra mis manos para la batalla y mis brazos para tensar el arco de bronce. Tú me has dado también el escudo de tu salvación, y tu ayuda me engrandece” (2 Samuel 22:33-36).
En cierta medida es inevitable que se levante oposición, pero debemos permanecer firmes. En Dios obtenemos para fortaleza necesaria para seguir adelante, aunque la persecución— como usted lo anota en su comunicación-se ha levantado por parte del cónyuge.
La fortaleza que proviene del Señor nos ayuda a perseverar. Si bien es cierto buscan provocarnos con frases hirientes, debemos seguir adelante, con la mirada puesta en el Señor Jesucristo.
El apóstol Pablo, quien enfrentaba persecuciones, escribió: “... una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13, 14).
Con fundamento en lo anterior, además de informarle que estaremos orando por su vida, le animamos a seguir adelante y a fortalecerse en Dios nuestro Señor. ¡Usted nació para ser un vencedor, no para la derrota!.
Publicado en: Consejería Familiar
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