Tres pasos para lograr el crecimiento en su vida cristiana
Base Bíblica: 1 Juan 1:8:10; 2:1-6.
Introducción:
El pecado es real. No podemos negarlo. La tentación nos sigue a todas partes, como una sombra. Quien propicia esa situación es satanás, quien busca llevarnos a la caída espiritual (Cf. 1 Pedro 5:8). Quien no reconoce la realidad del pecado, es más vulnerable a ceder y quedar atrapado en sus redes.
Un cristiano que reconoce la existencia de las tentaciones y la proclividad que tiene al pecado, puede vencer más fácilmente. La razón es sencilla: cuando se admite que estamos en peligro, aprendemos a depender del Señor Jesucristo en oración, cada día, y él nos asegura la victoria.
Si deseamos experimentar crecimiento en nuestra vida cristiana, y somos conscientes de todo cuanto amenaza nuestra espiritualidad, es necesario seguir tres pasos que están claramente marcados en las Escrituras:
I.- RECONOCER QUE ENFRENTAMOS DIARIAMENTE EL PECADO (vv. 8- 10)
1.- El pecado es como una sombra frente a la cual debemos estar alerta cada día (v. 8)
a.- No podemos desconocer ni desestimar nuestra inclinación al pecado.
b.- Solo podemos enfrentar el pecado cuando reconocemos que su amenaza es real en nuestra vida.
c.- Podemos vencer el pecado cuando dependemos del Señor Jesucristo cada día.
2.- Alguien que vive a Cristo reconoce cuando experimenta una inclinación al pecado (v. 10)
a.- Cuando reconocemos el pecado en nuestra vida, somos conscientes de la necesidad de depender de Dios para traernos perdón.
b.- Si buscamos a Dios y creemos en Su Palabra, hallaremos una salida cuando hayamos pecado.
II.- RECONOCER DIARIAMENTE NUESTROS PECADOS, ARREPENTIRNOS Y PEDIR PERDÓN (VV. 1:9; 2:1, 2)
1.- Cuando reconocemos que hemos pecado y nos arrepentimos, encontramos perdón en el Señor Jesucristo (v. 9)
a.- Reviste importancia confesar nuestro pecado.
b.- La obra del Señor Jesús nos limpia de todo pecado.
2.- La obra redentora del Señor Jesús en la cruz, lo hizo nuestro abogado delante del Padre (2:1, 2)
a.- El mandato que tenemos: no pecar.
b.- Si pecamos, no podemos ni debemos permanecer en esa condición.
c.- Jesús trajo con su sacrificio nuestro perdón y el de quienes se arrepienten (2:2)
III.- TESTIMONIAR EN NUESTRA VIDA CRISTIANA QUE GUARDAMOS LOS MANDAMIENTOS DE DIOS (2: 3-6)
1.- Guardar los mandamientos de Dios testimonia que le conocemos (v. 3)
2.- Quien no guarda los mandamientos de Dios, pone en evidencia que no es un cristiano auténtico (v. 4)
3.- Quien guarda los mandamientos evidencia el amor de Dios (v. 6)
4.- El auténtico cristiano vive como Cristo, guardando los mandamientos (v. 6)
Conclusión:
Cuando no guardamos los mandamientos de Dios, pecamos. Es un paso para distanciarnos de Aquél que nos fortalece para vencer la naturaleza inclinada al mal. Depender de Dios, caminar conforme a Sus preceptos, evidencia nuestra vida cristiana es auténtica pero, además, victoriosa.
El camino para ser vencedores frente al pecado, estriba en depender diariamente del Señor Jesucristo en oración. La ruta entonces, se compone de tres pasos: reconocer el pecado; si hemos pecado, arrepentirnos, y una vez lo hagamos, pedir perdón a Dios. Y el tercer paso: vivir conforme a la voluntad de Dios, siendo fieles a Sus mandamientos.
Publicado en: Sermones
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