Un paso sencillo para transformar su vida familiar
1.- Lectura Bíblica : Marcos 1: 14, 15
2.- Meditación familiar :
Una sonrisa. Con tristeza, marcando la derrota. Su esposo se había ido de casa, minutos antes. Una corta despedida, empacó maletas, las llevó al auto y se marchó, cerrando con delicadeza la puerta. Otras veces no había hecho así. Por el contrario, acostumbraba azotarla. Ella siempre temió que la nave de madera pasara al otro lado, de tan fuerte que daba los portazos. “Creo que nuestra relación no puede ir más allá.”, le dijo antes de partir.
Marcela no puede negar que ni esa ni otras noches pudo conciliar el sueño fácilmente. Despertaba a la madrugada para pensar en él. Quería llamarlo, pedirle perdón aunque no creía haberlo ofendido gravemente, y pedirle que volviera. Pero se detenía apenas tomaba el teléfono.
Cierto domingo en la tarde, tras comprobar que en la televisión no daban nada bueno salvo deportes, y a ella no le gustaban, tomó su Biblia. Leyó un pasaje de Marcos que le impactó profundamente:
“Más tarde, después del arresto de Juan, Jesús entró en Galilea, donde predicó la Buena Noticia de Dios.«¡Por fin ha llegado el tiempo prometido por Dios! — anunciaba—. ¡El reino de Dios está cerca! ¡Arrepiéntanse de sus pecados y crean la Buena Noticia!».” (Marcos 1: 14, 15. NTV)
Las palabras que leía parecían cobrar vida propia. Ahí estaba el centro de todo: se había alejado de Dios. Vivía una tormenta, pero sola. Decidió pedir ayuda al Señor. Lo hizo reconociendo que había fallado y que, incluso, en la relación conyugal no le había consultado jamás. Siempre procuró resolver los conflictos a su manera.
Esa simple decisión, la de volverse a Dios, trajo unos cambios insospechados. Primero fue una transformación en su ser, progresiva. Luego, conforme iba desarrollando su relación con Dios, Él tomó control de todo.
Bastará decir que incluso el matrimonio de Marcela, se restableció. Su marido comenzó el retorno con una llamada. Quería que hablaran. Luego una conversación amplia sobre errores y correctivos. Y finalmente, tres semanas después, la decisión de darse una nueva oportunidad con ayuda de Dios.
Si hay algo que produce nuestro amado Padre celestial, es transformación. Es su distintivo. Si le permitimos morar en nuestra vida y en el hogar, todo cambia. Él dinamiza las relaciones a nivel conyugal y con los hijos. Cambios profundos y duraderos. Lo hace poco a poco, pero de manera eficaz.
Puedo asegurarle que puede hoy parar de sufrir. Es su decisión. Ligada a esa determinación de terminar la espiral de sufrimiento, está el paso de abrirle nuestro corazón al Señor Jesús. Él genera esa modificación que anhelamos en nuestra forma de pensar y de actuar. De Su mano poderosa, emprendemos el viaje maravilloso hacia el crecimiento personal, espiritual y familiar. Decídase hoy por Cristo en su vida y en su hogar…
3.- Oración familiar :
“Dios de los cielos, te doy gracias. Este día que nos regalas como familia, es una bendición. Gracias. Regálanos un corazón grato, que nunca se canse de agradecer. Tú eres quien nos llevas como familia a nuevos niveles de crecimiento. Quédate hoy y siempre con nosotros. Amén”
4.- Una Meta familiar para hoy :
Decido rendir mi vida a Cristo y le pido, que desde hoy, traiga transformación a mi vida familiar.
Publicado en: Altar Familiar
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