Una relación de pareja tan sólida como un candado
1.- Lectura: Marcos 10:8, 9
2.- Meditación familiar:
Eran muchos candados. Decenas. Unos de bronce, otros de acero, otros de hierro común y tres plásticos, traídos sin duda del exterior. Cada uno representaba a una pareja o, al menos, a un enamorado que juraba fidelidad a su pareja. Los colocaron por muchos años en las barandillas del Pont des Arts (Puente de las Artes) en París.
Pero la tradición se rompió el día que las autoridades decidieron cortar con sierra eléctrica los 37 paneles sobre los cuales se habían ido fijando uno a uno por largo tiempo.
Los barandales fueron reemplazados por estructuras transparentes. Un cambio drástico que imprime modernidad al puente que atraviesa el río Sena.
“Rompieron, en un abrir y cerrar de ojos, todos mis recuerdos”, confesó nostálgica una mujer que rememoró de que manera años atrás fue con su marido a sellar con un candado su amor en ese idílico lugar.
La estructura inicial fue construida entre 1801 y 1804 pero la cerraron en 1977 cuando una barcaza la semidestruyó. Un nuevo puente se construyó entre 1981 y 1984, año éste en el que se inauguró, un soleado 27 de junio, con asistencia de las principales autoridades.
"¡Se acabaron los candados!", declaró alegremente a la prensa el teniente de alcalde, Bruno Julliard, que añadió que eran “algo malo para la estética de la construcción, además de un deterioro de la estructura”. Invitó a los turistas a seguir declarando su amor en la ciudad, pero de otra forma que no implique “degradar el patrimonio municipal” (Citado en el Portal BBC Mundo 01/06/2015).
Un turista pidió tomar las últimas fotografías, pese a la insistencia de los obreros para impedir el acceso de transeúntes. “Este lugar en un símbolo para los enamorados de todo el mundo”, dijo.
Un candado es sin duda la mejor imagen que podemos traer a la mente cuando nos referimos a la decisión de una pareja de contraer matrimonio. La solidez de la relación debe quedar sellada para siempre.
El Señor Jesús reafirmó este principio cuando dijo que la unidad matrimonial es para siempre y recordó que al unirse “… y los dos serán una sola carne; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe.” (Marcos 10:8, 9. LBdlA)
Si Dios gobierna en un hogar, a pesar de las dificultades, permanecerán juntos, como un bloque. “Si no me separé en tantos años de conflictos, es porque el Señor nos dio la sabiduría y fortaleza necesarias”, aseguró una anciana al celebrar las bodas de oro en la que se dieron cita sus hijos, nietos y biznietos.
Enfrentar problemas es previsible, pero aun cuando ocurran situaciones dificultosas, es necesario mantenernos asidos de la mano del Señor y permitir que sea Él quien ocupe el primer lugar en casa. Si lo hacemos, la relación será tan sólida como un candado. Es la única fórmula para evitar el desmoronamiento de la relación y hasta el divorcio.
Si Cristo no gobierna su vida familiar, hoy es el día para que tome esa decisión; y si por algún motivo no lo ha recibido en su corazón como su único y suficiente Salvador, hoy es el día para que lo haga. Podemos asegurarle que no se arrepentirá.
3.- Oración familiar:
“Amado Señor Jesús, vamos delante de Tu presencia en oración, para darte gracias porque hay hoy y a pesar de las dificultades, seguimos firmes en la relación familiar. Ocupa siempre el primer lugar en nuestro hogar y concédenos la humildad para reconocer errores y disponernos a cambiar cuando hayamos fallado. En tus manos quedamos. Amén”
5.- Una Meta familiar paran hoy:
Pediré a Dios que ocupe el primer lugar en mi vida pero también en mi relación familiar.
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Publicado en: Altar Familiar
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