Una vida cristiana edificada sobre la roca
Base Bíblica: Lucas 6:46-49
Introducción:
La vida cristiana es una experiencia maravillosa que se edifica cada día. Es un aspecto en el que coincidimos todos. No obstante, esa construcción implica reemplazar viejas formas de pensar y actuar para abrir espacio a nuevos principios. Cambiar está íntimamente ligado a desechar lo viejo, lo viciado por nuestra naturaleza carnal, para que Dios ocupe el primer lugar.
La decisión de comenzar una vida renovada es de cada uno de nosotros. Nadie, ni siquiera el Señor, nos obliga. Es un proceso que comienza cuando nos rendimos a Él. Someternos va de la mano con otro ingrediente: permitirle que traiga transformación a nuestra forma de pensar y de actuar. Cuando se produce esa modificación en los esquemas de vida, podemos asegurar que somos cristianos auténticos.
¿Cómo es una persona que edifica su vida sobre una roca?
I.- Quien edifica su vida sobre la roca vive la Palabra de Dios cada día (vv. 46, 47)
1.- Quien vive bajo la religiosidad muestra una conversión externa a Jesucristo y no la conversión auténtica, interna (v. 46)
“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (v. 46)
2.- A Dios lo honramos y glorificamos con nuestra vida, más que con las palabras
3.- Vivir la Palabra de Dios nos lleva a experimentar una transformación de vida (v. 47)
“Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace…” (v. 47 a)
4.- Delante de Dios no vale solamente oír la Palabra sino llevarla a la vida práctica diaria.
II.- Quien edifica su vida sobre la roca evidencia con sus hechos que Dios lo ha transformado (vv. 47, 48)
1.- Hay dos pasos fundamentarles: ir a Cristo, el Señor, y hacer su palabra. Es la ruta para una nueva vida (v. 47)
2.- Quien edifica su vida sobre la roca desarrolla una búsqueda permanente de Dios (v. 48 a)
“Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó…”
3.- Quien edifica su vida sobre la roca asume nuevos principios en su forma de pensar y de actuar (v. 48 b)
“… ahondó y puso el fundamento sobre la roca”
4.- Quien edifica su vida sobre la roca enfrenta exitosamente las adversidades (v. 48 c)
“… y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.”
III.- Quien no edifica su vida sobre la roca está condenado a la derrota y la frustración (v. 49)
1.- Quien no edifica su vida sobre la roca, enfrenta la insensatez de estar alejado de Dios (v. 49 a)
2.- Quien no edifica su vida sobre la roca, se derrumba ante cualquier adversidad (v. 49 b)
“... contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó”
3.- Quien no edifica su vida sobre la roca, arrastra en la ruina también a su familia (v. 49 c)
“…y fue grande la ruina de aquella casa.”
Conclusión:
Todos estamos llamados a experimentar una nueva vida y, en nuestra condición de cristianos, un crecimiento continuo. Es necesario evaluar constantemente cómo anda nuestra relación con Dios, a nivel familiar y en nuestro desenvolvimiento social. Una vez identificamos errores, imprimir cambios con ayuda del Señor.
El proceso de cambio y transformación debe ser permanente. No en nuestras fuerzas sino con la ayuda de Dios. Tomar esta decisión nos permitirá asegurar que nuestra vida está edificada sobre la roca, conforme a la voluntad de Aquél que nos llamó a servirle en Su Reino.
Publicado en: Sermones
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