Viva a Cristo con hechos antes que con palabras vacías
1. Lectura Bíblica: Gálatas 2:20
2. Versículo para memorizar:
“Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, más Cristo vive en mí. Y esta vida verdadera que ahora tengo es el resultado de creer en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó por mí.” (Gálatas 2:20. Paráfrasis La Biblia al Día).
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
Recuerdo que al ingresar a cierto país, la persona que me acompañó durante el viaje se identificó pomposamente como “predicador internacional” cuando le preguntó el agente de inmigración acerca de su profesión. Al interrogarme sobre lo mismo, le referí mi profesión secular: “periodista”.
— ¿Por qué hiciste eso?— me increpó mi compañero.
— Por una razón elemental— le dije — : A esa persona no le importa mi título en la iglesia sino mi desenvolvimiento social, como cristiano. Hechos antes que palabras— expliqué.
Usted y yo no podemos gloriarnos en una designación honrosa que nos pudiera ofrecer la denominación a la que pertenecemos; por el contrario, el título más grande es el de cristiano si para ostentarlo, dependemos enteramente de Aquél que murió en la cruz por nuestros pecados, para hacernos libres.
Si alguna vez siente que es alguien muy importante, secularmente o al interior de la iglesia, recuerde inmediatamente que es por la misericordia de Cristo Jesús que nos llamó al ministerio, no por méritos propios o las capacidades que nos asistan. Si somos algo o alguien, es por nuestro amado Salvador. Nada más.
Recobrar el principio de la humildad, parte de la base de otorgarle al amado Jesús el primer lugar en nuestra existencia.
El apóstol Pablo escribió: “Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, más Cristo vive en mí. Y esta vida verdadera que ahora tengo es el resultado de creer en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó por mí.” (Gálatas 2:20. Paráfrasis La Biblia al Día).
El secreto de todo está en someternos a Dios, permitirnos que sea Él quien reine sobre nuestras acciones, y otorgarle la gloria a Él, que es a quien le pertenece... No a nosotros...
¿Qué le impide crecer? Sin duda pensar que está en el límite de la perfección, que va delante de los demás en el proceso de crecimiento personal y espiritual, creer que no tiene nada que aprender, estar convencido que no hay nadie más consagrado que usted… En síntesis, tener la perspectiva equivocada que llegó a la cima cuando apenas está comenzando el ascenso.
Todas las personas estamos llamadas a hacer un alto en el camino, hacer un auto examen, identificar en qué estamos fallando y aplicar correctivos. Es un principio de victoria que— por supuesto— aplica a la vida cristiana. No basta predicar, es necesario reflejar con hechos aquellop que proclamamos con los labios.
Comparto con usted una cita de Richard Leider, motivador internacional, quien escribe:“Desempacar significa sencillamente analizar profundamente aquello que estamos cargando y el motivo por el cual lo hacemos. Estudiar si muchas presiones, responsabilidades y relaciones todavía nos ayudan a avanzar, o si nos están deteniendo. Empacar entonces consiste en la actividad continua de evolución y ajustes. Volver a acomodar nuestras prioridades. Volver a plantear nuestra visión de la vida plena, y recuperar nuestro sentido de estar vivos.” (Richar J. Leider. /David A. Shapiro. “Vuelva a empacar las maletas”. Edit. Mc Graw Hill. EE.UU. 2006. Pg. 7)Hasta tanto no hagamos una evaluación honesta de si, como cristianos, hablamos bonito pero no llevamos a la práctica lo que predicamos, estaremos avanzando en un círculo sin fin. La forma de impactar a quienes nos rodean es viviendo aquello que decimos. Es un fundamento de vida camino al éxito que aplica en nuestra relación personal, familiar y social.
La buena noticia es que siempre hay tiempo para cambiar, y hoy puede ser ese día. Reconocer que ha fallado, disponerse a cambiar, y emprender el camino tomado de la mano del Señor Jesús. Hoy es el día de aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador. No dilate esta decisión que marcará su presente y la eternidad. Ábrale las puertas de su corazón al Señor Jesús hoy. Se lo aseguro: No se arrepentirá de la decisión…
4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Hay una enorme distancia entre lo que predica y aquello que vive?
b. ¿Qué le dificulta vivir su fe en Jesucristo?
c. ¿Cree acaso que basta decir que es cristiano para impactar a otras personas?
d. ¿Está dispuesto a aplicar cambios desde el día de hoy?
De la mano de Jesucristo emprenderé mi crecimiento personal y spiritual.
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Publicado en: Devocionales Diarios
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